La firma de inversiones estadounidenses Goldman Sachs ha defendido su decisión de comprar bonos de la petrolera venezolana PDVSA al Banco Central de Venezuela por 2.800 millones de dólares. Los líderes de la oposición venezolana, por su parte, han mostrado su indignación frente al tema y a Goldman Sachs le han llovido numerosas críticas.

"Reconocemos que la situación es compleja y que Venezuela está en crisis. Estamos de acuerdo en que la vida allí tiene que mejorar, e hicimos la inversión en parte porque creemos que así será", agregó Goldman en un comunicado. El banco asegura que al comprar estos bonos, que fueron emitidos en 2014, no interactuaron con el Gobierno venezolano.

Esta compra por parte del banco estadounidense, ha provocado que el Parlamento de Venezuela aprobara ayer un acuerdo para solicitar al Congreso de Estados Unidos que investigue sobre esta compra. La investigación se ha abierto tras las críticas que pronunció Julio Borges, Presidente de la Asamblea Nacional, a Goldman Sachs, por facilitar liquidez al Gobierno de Nicolás Maduro al que acusan de dictador. Insiste en que van a evaluar si un próximo Gobierno debe "reconocer y pagar" esos bonos.

La oposición también critica el descuento con el que se vendieron los bonos, que habría sido de un 69% sobre el valor nominal de los papeles. Mientras que esta operación se confirmaba, empezaron una ola de protestas contra el Gobierno de Maduro. Funcionarios de su equipo celebraron el acuerdo con el banco estadounidense como un gesto de confianza y respaldo que tiene el mercado sobre entes públicos del Gobierno socialista.

Por el contrario, decenas de manifestantes se concentraron a las afueras de Goldman Sachs en Nueva York en contra de la adquisición de estos bonos venezolanos.

En cuanto a la transacción, según una fuente familiarizada con el acuerdo, Goldman compró estos bonos a la firma Dinosaur Financial Group. El diputado Ángel Alvarado, asegura que esta firma "poco conocida" ha servido de enlace entre el Banco Central de Venezuela y Goldman.

Según estadísticas oficiales, la operación de compra se realizó la semana pasada y en cuanto se completó, las reservas internacionales del Banco Central pasaron de 442 millones de dólares a 10.800 millones.