Volkswagen está dispuesto a todo para ahuyentar al fantasma del dieselgate. Cada vez se preocupa más por dar una imagen más ‘verde’, y esta vez está dispuesta a llevarse puestos de trabajo por delante. Hoy ha anunciado que va a aumentar la producción de coches eléctricos en un 50%. Dicen que por el calentamiento global y también para subir las ventas. Y para ello no descartan tener que acabar con puestos de trabajo. Lo decía su CEO Herbert Diess.



En Alemania se recortarán entre 7.000 y 8.000 empleos hasta 2024, ha dicho Dies, y la mayor parte de ellos serán puestos administrativos en las factorías de Hannover y Emden.

Todo eso en un día en el que se han conocido los resultados del grupo Volkswagen. Lo más característico: que su beneficio operativo ha subido un 0,7% hasta los 13.920 millones de euros pero ha estado por debajo de los 14.500 millones que se esperaban. El mejor comportamiento ha sido el de las marcas Audi y Porsche, quedándose muy por detrás Bentley, que ha entrado en pérdidas por retrasos en la producción y por el efecto divisa.

Pero no queda ahí el protagonismo para las automovilísticas hoy. Nissan, Renault y Mitsubishi rompen con el precedente de la poderosa presidencia de Carlos Ghosn y refundan su alianza. Van a constituir un nuevo consejo integrado por directivos de las tres empresas para, dicen, darle un “nuevo impulso” tras la caída de Ghosn. El consejo lo formarán los presidentes de las 3 empresas y también el CEO de Renault.