En diciembre de 2022, el Grupo de los Siete impuso una serie de sanciones sobre Rusia, en el marco de la guerra en Ucrania, que, a grandes rasgos, prohibían a los miembros del G-7 exportar el crudo ruso cuando su precio superara los 60 dólares el barril. ¿Cómo han podido los productores enviar el crudo a las refinerías de Asia sin que les perjudicasen las limitaciones? El plan ha pasado por envejecer la flota y registrarla en países que no sancionaran al país que gobierna Vladimir Putin.

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La 'flota en la sombra' pone en jaque las sanciones sobre Rusia

Los productores que envían el crudo ruso a las refinerías logran incrementar sus beneficios gracias al registro de su flota en países ajenos al G7

El objetivo era dañar a la economía rusa para que se quedara sin fondos para financiar el conflicto con Kiev ya que la mayoría de embarcaciones involucradas en el comercio eran occidentales. Sin embargo, el precio del barril solo superó los 60 dólares en julio, con lo cual las compañías relacionadas con el proceso de exportación tuvieron meses para preparar sus estrategias.

Resultado adverso

El resultado de las limitaciones a las exportaciones del crudo ruso, a la larga, no han sido los previstos. los vendedores rusos exportan cada barril a mitad de precio con respecto a inicios de 2023 debido al aumento de la flota dispuesta a transportarlo. Desde los 14 dólares por barril de coste de principio de año hasta los 7 dólares actuales.

Es más, cuando el crudo alcanzaba el máximo anual de 97 dólares el barril, los exportadores rusos llegaban a ganar hasta 79 dólares por barril, casi un 32% por encima del límite que impuso el G7.

Para solucionarlo, Estados Unidos impuso el 12 de octubre las primeras sanciones a los propietarios de petroleros que transportan crudo ruso por encima del límite, uno con base en Turquía y otro en Emiratos Árabes Unidos.