Saben que un trabajador de los países del este desplazado a Francia o España puede llegar a cobrar hasta la mitad de lo que un trabajador nacional.

Hablamos de los casos donde la empresa para la que trabajas te envía temporalmente a otro país de la Unión Europea. En esas ocasiones pueden darse condiciones de trabajo y derechos especiales que pueden dar lugar a fraudes.

El presidente francés ha hecho una bandera de esta situación que se ha resuelto a su favor cuando ayer noche los ministros de trabajo de la Unión Europea han decidido que tienen que cambiar las condiciones.

La realidad es que hasta ahora, mientras se respetaba el salario mínimo, competían las empresas en muy diferentes condiciones.

Hay que recordar que en estos temas los límites están en los principios básicos de la Unión Europea, como son la libertad de establecimiento y la libre circulación de trabajadores.

En España el asunto también nos afecta. Desplazamos más del doble de los trabajadores que recibimos y veremos cambiar nuestra legislación en unos años.

La idea es que todos tengamos igual salario por el mismo trabajo y no haya opciones para el fraude.

El mapa europeo digamos que estaba dividido por la presión de los países del este pero finalmente, salvo el caso del sector del transporte, las condiciones serán asimiladas dentro de un plazo de 12 meses.

En definitiva, una reforma de calado contra el fraude que corrige no solo el mercado laboral.