No es el momento de la complacencia ni de la apatía. Lo decía Antonio Guterres, el secretario general de las Naciones Unidas hará cosa de una semana.

El cambio climático es un problema de todos que requiere que todos arrimemos el hombro porque la cosa no está como para ir abandonando al de al lado a su suerte.

Y la gran pregunta: ¿quién y cómo se van a pagar las pérdidas y daños de una crisis de la que los científicos llevan décadas alertando y de la que ahora se empieza a ver su peor cara?

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En Sharm el Sheij lo han dejado claro: tienen que ser los ricos los que financien la transición energética de unos pobres que no pueden afrontar solos las consecuencias climáticas de un desarrollo económico del que nos hemos valido unos pocos.

Estados Unidos y grandes como Rusia o China - con líderes que ni van a la cita - dicen que sí que bueno, pero que ya verán cómo.

Otros vamos diciendo que los apoyamos en todo. Que si hace falta les damos el dinero, pero que no sean pesados y estén preguntando por la paga todos los días porque de compromisos viven el hombre y los países y de actos se pierden elecciones y vacían las arcas de dinero públicas.

La economía en el foco

El asunto este de las pérdidas y ganancias. El del dinero, en definitiva, es el eterno aplazado desde el inicio de las negociaciones climáticas, con la firma en 1992 de la convención marco de la ONU. En esta se lleva a debate. Nadie le ha hecho ni caso.

Más allá de que Washington, el que es el principal responsable histórico de las emisiones de efecto invernadero, a medida que China ha ido ganando peso económico se ha convertido en el país del mundo que más gases de este tipo expulsa ahora a la atmósfera… más allá de que Biden ha dicho que pondrá dinero, pero que ahora no; que un poco más adelante.

Así, mientras este asunto continúa abierto, Alemania presenta una iniciativa denominada Escudo Global contra los Riesgos Climáticos, que busca proporcionar acceso rápido a los seguros ante desastres naturales a los países más vulnerables. Está bien, sí, pero si se termina cumpliendo porque ir para nada… es tontería.

Desde ahora

La gran pregunta, en todo caso, que queda ahora en el aire es la de ¿qué podemos esperar?

No podemos responderla, pero es que ni siquiera pueda tampoco Naciones Unidas. La promesa hecha en 2009 por las naciones ricas de 100.000 millones de dólares anuales para ayudarles a afrontar la crisis climática no se ha materializado.

La financiación existente ha sido criticada por no centrarse en subvenciones, sino en préstamos con pocas concesiones respecto a los tipos de mercado, y a las naciones de renta media en lugar de a las más pobres.

En medio de una crisis alimentaria y energética todo se exacerba. Las nuevas políticas nacionales de los países desarrollados harán que las inversiones en energías limpias aumenten un 50% respecto a los niveles actuales para 2030, hasta alcanzar unos 2 billones de dólares, según estima la Agencia Internacional de la Energía.

El FMI estima que los precios del carbono o los sistemas de comercio de emisiones sólo cubren alrededor de un tercio de las emisiones mundiales, mientras que el precio medio actual de 6 dólares por tonelada debe acercarse a los 75 dólares para 2030.

Cuestiones a debate para un planeta que agoniza en silencio. Al que no hacemos caso y que cuando nos demos cuenta diremos aquello tan manido del “te lo dije”.

La clave para mantener el consenso en Egipto es no permitir que las peleas sobre el comercio y sobre la guerra en Ucrania bloqueen la diplomacia climática internacional.

Es posible que el proceso de la ONU no sea perfecto pero es lo que ha permitido introducir en las naciones el objetivo compartido de salvar al planeta, un objetivo por el que hay que luchar en la COP27 para evitar un riesgo existencial para la humanidad.

¡Ojo!

Además, de la mano de Descifrando La Guerra analizamos la situación de Turquía tras el atentado de Estambul damos alas a la nueva iniciativa de crowfunding de su sitio web disponible en Goteo.org

Especial COP27: Egipto sigue siendo una promesa entre poca acción

Programa especial con motivo de la 27ª Cumbre por el Clima que se celebra en Sharm el-Sheij que analizamos a varias bandas. La primera, nos recibe en su despacho en la embajada de la República Árabe de Egipto en España el embajador, Youssef Diaeldin Mekkawy para analizar y conocer a fondo las intenciones de su país a la cita.Ponemos también el foco en el clima y la visión experta con José Luis García, responsable de Clima de Greenpeace y Adán Abajo, de la organización Scientist Rebellion. A todo esto, no dejamos de lado en plano empresarial y nos acercamos a las estrategias de uno de los patrocinadores de la cita junto a Javier Roncero, director de soluciones de sostenibilidad de IBM y Ángel Ramírez, director de EcoAct en España y Portugal. Por cierto, que como ya somos 8.000 millones de habitantes en la Tierra miramos a ver qué efectos tiene esto para el planeta junto a Jesús Gamero, profesor de retos medioambientales globales de la Universidad Carlos III de Madrid. Y cerramos con la sección de Descifrando La Guerra junto a una de sus analistas, Andrea Chamorro sumergiéndonos en el papel de Turquía en los conflictos internacionales, las consecuencias y razones del último de los atentados en Estambul.