Hará cosa de un año el expresidente del Gobierno español, José María Aznar, se burló en público - lo hizo en plena Convención Nacional del Partido Popular, en Sevilla - de las palabras del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en la que cursaba petición a España y nos instaba a pedir perdón a las comunidades indígenas por lo que sucedió tras 1492.

Bronca mediatizada que, en la práctica, es curiosa sí, porque las ideas de un Aznar en actitud soberbia - lo que algunos llaman carisma - no distan mucho de un López Obrador que ha triplicado en el último año el presupuesto a las Fuerzas Armadas en un país que bate récord de detenciones cuando muchos buscan una vida mejor a la desesperada en un intento por cruzar la frontera.

Muchos hoy hablan de un pasado compartido. Otros tantos denuncian represión.

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Porque vivimos, nos dicen, en un mundo global. Razón no falta porque conexiones existen. Pero ante la mirada aperturista cerramos fronteras. 17 millones de euros se han destinado - de más - en el último año a reforzar con tecnologías el control migratorio del paso fronterizo del Tarajal y Beni Enzar.

No nos gustan los de fuera. Bueno, depende. Pero, en general, nos cuesta abrirnos a otros. Realidades existen tantas como personas, pero en sociedad somos como somos y los mensajes ultras cada vez calan más hondo.

Años atrás, reinaba por aquel entonces la pareja que hizo de la Península Ibérica un imperio - por tierras, al menos - Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón de la mano de un marinero que se hizo llamar libertador - aunque hubo quien lo consideró un represor - Cristobal Colón, que sin saber muy bien todavía de dónde es, sí que llevo el nombre de España (Castilla, mejor dicho, porque España no existió hasta años más tarde) más allá del Atlántico.

Con el paso de los meses arribó a una tierra, no era la que pensaba (nunca lo supo), sino una nueva que no apareció en los mapas hasta entonces - que luego con otros europeos, los portugueses nos terminamos por repartir - y que pasamos a llamar “las colonias” en la “nueva Castilla” creada bajo dos gobernaciones en 1529.

Hablando de colonialismo

Y de ahí, nació el colonialismo que un teórico político peruano, Aníbal Quijano, definió como “la relación de dominación entre identidades o etnicidades distintas”. Ojo, dominación que no igualdad entre gentes de las que, decía, depende de su naturaleza biológica decir quién estaba arriba y quién estaba abajo.

Con el paso de los años dejamos que la relación - una vez tomaron aquellas tierras el camino de la independencia - tras el episodio de los mal llamados “últimos de Filipinas” - dejamos que la relación se enfriara.

Enquistaran los problemas y reproches y no termináramos por supurar una herida que al poco reabrimos en territorio ibérico con un 36 al que algunos ahora dicen querer volver y que dejó a España como estamos: en una monarquía parlamentaria dividida en dos claros bloques: los que enarbolan la bandera para hacerla suya y los que la desprecian por considerarla esnob.

Unamuno, el relator

Una división que hace a otros de una fiesta nacional como la del 12 de octubre de baluarte desde el que tomar posiciones. Pero es que en un día - lo que son 24 horas - pasan muchas cosas porque mientras se alimenta el espíritu en torno a la patria, el 12 de octubre fue, por ejemplo, un día clave en la vida y la muerte de Miguel de Unamuno, que se precipitaría en la recta final de aquel fatídico 1936 en que la historia de España daría un giro autoritario de consecuencias por entonces impredecibles.

El relator de nuestros “Episodios Nacionales”, encargado de proclamar la República en su Salamanca de adopción, el mismo que detestaba el fascismo y al que negaron el Nobel de Literatura por presión de las autoridades nazis comenzó a fallecer un 12 de octubre cuando siempre crítico, siempre irreverente y fiel a sus ideales tuvo un encontronazo con Millán-Astray y, ojo, el Día de la Raza.

Unidad Saharaui

También es un 12 de octubre el día de la Unidad Nacional Saharaui que desde hace 47 años, mientras en el reino más grande de la Península Ibérica celebramos la fiesta, un pueblo beduino magrebí, estrechamente ligado a dicho reino (… y abandonado a su suerte por éste), reafirma su identidad y su vocación de unidad en medio de una guerra silenciada.

Y sepan ustedes más, cuando hablen de un día como el 12 de octubre. Hace años nos referíamos a la jornada como la de la Hispanidad cuando en 1958 la dictadura franquista lo estableció a través de un real decreto. Término impulsado por el escritor Ramiro de Maeztu enarbolando un pasado imperial que ya no existe y que la democracia terminó por enterrar dando paso al Día de la Fiesta Nacional de España.

¡Ojo!

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España: un revisionismo del 12 octubre y la Hispanidad mientras Rusia controla África

12 de octubre. Día de la Raza, de la Hispanidad, de la Resistencia indígena, del Descubrimiento de América, del Respeto a la diversidad cultural, de la Descolonización, de la Liberación, de la Interculturalidad, día Panamericano, del Encuentro de dos mundos, de la Fiesta nacional y otros apelativos que países americanos al que le hacemos una reelectura con Andrés González Flores, politólogo y jurista especializado en estudios latinoamericanos.Junto a ello, ponemos el toque económico al panorama internacional de la mano de Isidoro Alanís, presidente y CEO de Global Exchange.Además, de la mano de Descifrando La Guerra analizamos los intereses de Occidente en Burkina Faso y damos alas a la nueva iniciativa de crowfunding de su sitio web disponible en Goteo.org y para cerrar las efemérides de Sofía Torres.