Castilla – La Mancha es una región que ofrece infinidad de planes al visitante, también para viajar en familia. Dar un paseo en bicicleta en un entorno natural único, caminar entre príncipes y hadas, visitar a los habitantes más antiguos de la tierra, los dinosaurios; descubrir todas las especies que se esconden entre la tupida vegetación de un bosque de intensos colores o conocer de una forma diferente una ciudad de incalculable patrimonio son solo alguna de las opciones que el viajero puede hacer en esta tierra acompañado de los más pequeños de la casa.


A golpe de pedal


En Albacete, a poco menos de una hora en coche de la capital, se sitúa Alcalá del Júcar, un pintoresco pueblo que se erige sobre la empinada ladera del río Júcar en caprichosas formas que este ha cincelado en las rocas. Su impresionante castillo y las cuevas excavadas en roca harán las delicias de pequeños y mayores que, además, se encontrarán en un entorno natural perfecto para disfrutar de cualquier actividad en familia y en el que se pueden hacer un sinfín de instantáneas únicas. Un paseo en bicicleta a la sombra de las frondosas copas de los árboles que pueblan la comarca o, si el tiempo lo permite, un refrescante baño en las zonas habilitadas para ello son actividades perfectas para realizar en este lugar único.

Entre príncipes y hadas

El Corral de Comedias de Almagro es conocido por ser el único que sigue activo tal y como era hace 400 años. En julio, cuando se celebra el Festival Internacional de Teatro Clásico, esta localidad de Ciudad Real encuentra su máximo esplendor y sus calles y sus teatros se llenan de príncipes, princesas, hadas y magos. Los más pequeños de la casa disfrutarán de un viaje en el tiempo, a la vez que aprenden sobre la historia de este noble arte en la visita al Museo Nacional de Teatro y, de paso, podrán callejear por el barrio noble y la Plaza Mayor de Almagro, una de las más bellas de nuestro país.

Nuestros amigos los dinosaurios

Se llama Pepito, mide seis metros, es carnívoro y tiene joroba, además de unos 125 millones de años de edad. Él es uno de los protagonistas del Museo de Paleontología de Castilla – La Mancha de Cuenca (MUPA), un lugar en que se puede recorrer de forma didáctica y divertida la historia de estos enigmáticos animales que hace millones de años fueron los primeros habitantes de Cuenca. En el MUPA los niños podrán conocerlos de manera amena e interactuar con ellos a través de las múltiples pantallas audiovisuales que lo pueblan. Además, durante el fin de semana en horarios especiales Pepito anda suelto por el museo.

Veo, veo

En el interior del Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara se encuentra un paraje natural llamado Hayedo de Tejera Negra, que parece sacado de un cuento de hadas. Este espacio protegido desde hace más de tres décadas alberga numerosos ejemplares de aves, así como zorros, jabalíes, comadrejas, tejones y gatos monteses que se esconden entre la tupida vegetación de tonos amarillos del bosque.

¡Pasajeros al tren!

Piii, piii, ¡pasajeros al tren! Destino: Toledo. El tren turístico, que se coge en la Plaza de Zocodover, es la forma más divertida de conocer todo el patrimonio cultural y artístico de ‘La Ciudad de las Tres Culturas’. El Alcázar, la Puerta del Sol, la iglesia de Santiago del Arrabal, la Puerta de la Bisagra, el río Tajo, el puente de San Martín, San Juan de los Reyes, la sinagoga del Tránsito o su majestuosa catedral, todo ello se podrá visitar de una manera que los más pequeños de la casa tardarán mucho tiempo en olvidar.