Decía Voltaire:“Aprender de la experiencia de los demás, es un signo de inteligencia.” Y es que no siempre se tiene en cuenta que desperdiciar el conocimiento y expertise acumulados por años de trabajo y aprendizaje, es perder una riqueza de valor incalculable y el mentoring, está en el epicentro de esta reflexión. El origen de la mentorización nace de La Odisea de Homero. Ulises pide a su amigo Mentor que, mientras él se va a la guerra, prepare a su hijo Telémaco para sucederle como Rey de Ítaca. En ese proceso, Mentor se convierte en maestro, modelo, consejero, inspirador y estimulador de retos de Telémaco.

El mentoring es un proceso de acompañamiento de duración indeterminada, que permite desarrollar habilidades y liberar talento, estimulando su productividad y sus oportunidades de éxito. Un buen mentor requiere tener experiencia y éxito profesional, actitud de servicio y deseo de ayudar a otros a desarrollarse incluyendo una especial habilidad didáctica para compartir su experiencia (tanto en éxitos como en fracasos) que resulte útil para el tutelado. Para que un mentoring sea exitoso, se requiere que sea aceptado por ambas partes, que aporte valor…. y paciencia, pues es un camino de largo recorrido. En el mentoring se identifican aptitudes específicas poniendo en valor el talento y con ello se logra hacer creer que se puede conseguir algo, que con anterioridad parecía fuera de su alcance.

Pero no solo es cuestión de mentorizar, también es importante saber gestionar el talento, la formación y el grado de adaptabilidad, claves para el futuro del trabajo. El informe Approaching the Future 2021 de Corporate Excellence, analiza cuáles son los principales desafíos a la hora de adaptarse al nuevo contexto de trabajo. Destacan en importancia en el informe el valor especial que se otorga a la asignación de más recursos para la digitalización (47%), la importancia de la adaptación e integración de nuevas tecnologías (43%) y la formación en nuevos perfiles profesionales (41%) y un el 52% opina que debería priorizarse la gestión del talento y la formación como variables más destacadas. Al talento, como a todo en esta vida, también hay que ayudarlo.