Reconozco que no soy gran entusiasta de la red social del pajarito, pero me resulta imprescindible en mi trabajo. Si no está en Twitter, no es noticia. La inmediatez de las redes sociales ha permitido que el concepto tiempo real tome una nueva dimensión.

Se retransmite todo al momento y se comenta. Es como una gran corrala, si bien de corrala a gallinero, a veces no hay tanta distancia.

Nunca antes los presidentes del todopoderoso Estados Unidos de América, habían sido tan activos y provocadores. Obama era un gran protagonista, pero Trump voló todas las barreras legales y clandestinas.

Era el capricho de un niño metido en años, que tenía un juguete en las manos con alcance ilimitado. Podía tuitear a las 2 de la mañana o en el almuerzo, cualquier momento era apropiado. Pero volvamos a la red y a su momento actual.

Twitter

Los ricos tienen caprichos y cuanto más rico, más grande es el capricho y Elon Musk es uno de ellos. Sudafricano, canadiense y norteamericano, es economista y físico, pero ha desarrollado parte de su actividad profesional como ingeniero.

Hombre de infancia y adolescencia complicada, pasó de su Sudáfrica natal a Canadá el país de su madre y posteriormente a USA. Tiene un hijo al que le puso de nombre X AE A-XII Musk y todas estas letras tiene su significado ¡Vaya tela! Se hizo mundialmente famoso a raíz de la puesta en escena de sus coches eléctricos Tesla, espectaculares en su diseño y prohibitivos en precio.

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Como le sobraba el dinero y ambición de poder, quería más y Twitter era su pieza codiciada. Pagó 44.000 millones de dólares por su adquisición y desde entonces, el pajarito no hace más que perder plumas. Primero cuestionó el valor de la compañía por los perfiles falsos, pero ahora parece que su objetivo es dejar vacío de valor a la compañía. Miles de despidos, pero a los que se quedan, les impone un régimen de esclavitud laboral de 24/7 con ultimátum incluido si no aceptan….

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