Estamos en un momento difícil para el empleo, aunque con el ánimo de recuperar los niveles anteriores a la pandemia. Muchos han visto como desaparecían sus empresas y engrosaban las listas del paro con la esperanza de que pronto las cosas cambiasen. La sociedad ha reaccionado como ha podido, pero el mercado de trabajo se ha visto convulsionado.

Paralelamente, el tema de la edad se ha convertido en protagonista destacado no solo en tiempos de crisis, sino también en los de bonanza. Los llamados seniors son cada vez más jóvenes y son firmes candidatos para enseñarles la puerta de salida. Algunos optimistas dirán que este pasado 2021 es la primera vez que se ha creado empleo en los mayores de 50 años ¿pero estamos ante un cambio de ciclo? Nada más lejos de la realidad. La pandemia trajo consigo en 2020 una gran destrucción de empleo y al tocar fondo, es muy fácil crecer. En los últimos diez años se han destruido de forma sistemática 1 millón de empleos de mayores de 50 años y si analizamos la cifra con los que superan los 45, estamos en 1,2 millones. Otro dato a tener en cuenta es que el 40% de los mayores de 40 años tienen muy pocas posibilidades de encontrar empleo en menos de un año.

La pandemia trajo consigo en 2020 una gran destrucción de empleo y al tocar fondo, es muy fácil crecer

En muchos casos se apela a la transformación digital como una de las causas de despido, pero la formación a los empleados se interrumpe pasados los 45 años, con lo cual sin formación y como cada vez se demandan más capacidades digitales ¿Qué papel deben jugar las empresas en el aspecto formativo para evitar este drama? Pueden y deben jugar un papel muy importante, pues queda contrastado que es más barato reciclar a quien conoce la cultura de la empresa, que traer a una persona de fuera.

Perder el trabajo con mediana edad puede llevar a replantearse los supuestos en los que se han basado la vida profesional, enfocándonos hacia nuevos caminos. La cultura anglosajona es mucho más consecuente para con sus seniors, valorando su experiencia como un importante activo. España debe cambiar su modelo.