La desaceleración en China ya es una realidad. La segunda mayor economía del mundo registró en 2018 el menor ritmo de crecimiento de los últimos 28 años. ¿Ya no es China una oportunidad de inversión o todavía podemos encontrar tesoros?

Nuestro panel de expertos, compuesto por Juan Ramón Caridad, responsable para Iberia y Latam de GAM; Fernando Fernández Bravo, responsable de ventas institucionales de Invesco y Leonardo Fernández, director del canal intermediario de Schroders se mantiene optimista. Escucha su análisis en el siguiente podcast.



 "Todo el mundo cree que China es exportación, pero en realidad un 80% es consumo doméstico", explica Caridad, quien quita hierro a las grandes preocupaciones sobre el crecimiento económico chino. Si a pesar de todo, la situación en el gigante asiático empeora, hay que tener en cuenta que el país tiene músculo: "Tiene una política monetaria preparada y muchos instrumentos, como la posibilidad de bajar las reservas de los bancos o bajar los impuestos cuando le dé la gana", añade.

"Hay que entender la ralentización china", señala Leonardo Fernández, quien explica que el gobierno quiere un crecimiento de más calidad, que va a unas menores exportaciones de productos con menos valor añadido y desarrollo del consumo interno.

Los principales temores sobre China, más allá de una desaceleración económica, se centran en la guerra comercial que mantiene con Donald Trump. "A China le preocupa mucho llegar a un acuerdo comercial con EEUU porque es el gran tenedor de deuda estadounidense", señala Fernández Bravo.