La francesa Suez ha comenzado la sesión con recorte de un 18%. Sus acciones tocan el nivel más bajo desde septiembre de 2013 y además con un fuerte volumen de negocio.

Ha bajado su previsión de resultados en 2017 debido a los costes asociados a la crisis política en Cataluña, que le ha costado 15 millones de euros, y por la decisión de cerrar dos contratos de servicios en Marruecos e India debido a dificultades operativas. En conjunto el impacto ha sido de 45 millones de euros en el beneficio neto de explotación del cuarto trimestre.

La empresa dice que su EBIT (beneficio antes de intereses e impuestos) caerá un 2 por ciento a 1.280 millones de euros en 2017 frente a un objetivo anterior de un ligero crecimiento orgánico.

El director financiero Chirstophe Cros, ha destacado a Efe, los gastos derivados del traslado jurídico de la sede de Barcelona a Madrid. Ha descartado llevarse la sede de forma efectiva de Barcelona pero sí reconoce que se plantean llevar algunos de sus servicios fuera de la capital catalana para que están más cerca de sus clientes.

La empresa deja la puerta abierta a un plan de reducción de costes en España y se estudiará una posible reducción de la plantilla con los representantes de los trabajadores. Prevén más costes en 2018 debido a la incertidumbre política que está paralizando las decisiones sobre inversiones públicas y también una congelación de las negociaciones sobre tarifas.

Tras estas cifras, Bank of America Merril Lynch ha rebajado su recomendación desde neutral hasta infraponderar. Deutsche Bank y RBC también ha recortado sus estimaciones de BPA, beneficio por acción.

El 1 de marzo presenta resultados definitivos.

Veolia Enviroment, su principal competidor, mantiene objetivos y señala que las dificultades de Suez no tienen ninguna relación con su negocio, pero se ve afectado en la cotización y está bajando más de un 2% en la apertura.