Repsol considera que el derrame de más de 10.000 barriles de petróleo en aguas de Perú se produjo por un brusco desplazamiento del petrolero Mare Doricum, que destrozó las mangueras y el sistema de descarga; ahora, la española emprende acciones legales contra el armadero del buque a quien le reclaman una indemnización multimillonaria.

Además de en los tribunales contra el petrolero, Repsol Perú, bajo la presidencia de Jaime Fernández-Cuesta, ha optado por emprender acciones sociales para ayudar a las comunidades afectadas por el suceso a través de su compromiso y documentación solicitada por la Comisión.

La multinacional energética ha desplegado un contingente de casi 2.500 personas destinadas a la limpieza, por ahora las acciones en este ámbito superan el 67% de la zona, en sus intentos de "devolver el litoral peruano a su estado natural", declaran desde la directiva de Repsol.

La importancia de Perú para la empresa española es clave; un país determinante en América Latina a nivel energético y por ello, desde el primer día están desplegando recursos humanos, técnicos y económicos para no solo remediar las consecuencias del derrame sino también ofrecer soluciones a los pescadores, comerciantes y poblaciones de la zona.

Acciones legales tambien contra Repsol

Pero la firma que dirige Josu Jon Imaz no ha sido la única que ha comenzado a imponer sanciones por lo sucedido; a ella, se suma el organismo de evaluación y fiscalización ambiental (OEFA) del país que ha penado a Repsol con una multa de 108.000 euros por incumplimiento de la primera medida ordenada, relacionada a la identificación de las zonas afectadas en la emergencia ambiental.

Además, el organismo del país subraya que estas sanciones podrían seguir aplicándose "de manera sucesiva hasta que se acredite su cumplimiento". Ahora, Repsol tendrá que hacer frente tanto a lo sucedido con el buque Mare Doricum como las promesas que acordó en su día con la OEFA y que le están llevando al pago de penas por su incumplimiento.