La incertidumbre global, las nuevas tecnologías, el cambio climático y las altas tasas de desempleo son algunos de los problemas a los que deben enfrentarse las empresas españolas.

Estamos ante una transformación a nivel global en la que las compañías españolas no pueden evitar mostrar su preocupación frente a los posibles escenarios que se puedan plantear.

"Estamos reaccionando de manera preventiva" declara Rubén García-Quismodo, socio director en Quabbala Abogados y Economistas. Las nuevas tecnologías, los cambios coyunturales y estructurales obligan a las empresas a adaptarse de la mejor manera posible.

Además, la situación política en España tampoco ayuda. Los empresarios no saben si se va a llevar a cabo otra reforma laboral y una nueva reestructuración financiera.

"No son buenas noticias" asegura Rubén García "lo único que provoca es que las compañías hagan más reestructuraciones y EREs para hacer frente a dicha situación".

A pesar de todo, las compañías intentan transmitir un sentimiento de calma. Aunque no dejan de prestar atención a cualquier tipo de dificultad les pueda afectar, ya que su obligación es estudiarlo y pedir informes.

La corrupción es otra de las medidas que no hay que olvidar. Las empresas deben aceptar la sobreregulación que va a existir a partir de ahora para prevenir el blanqueamiento de capital en particulares. Aunque Rubén García-Quismodo reconoce que no es uno de los principales problemas actualmente.

Nuevas generaciones, nuevas exigencias

A todo ello se le suma la llegada de una nueva generación preocupada por el cambio climático, cuyo principal objetivo es acabar con la contaminación.

"Por eso, en este caso también nos debemos adaptar a estas nuevas exigencias, es una demanda social que los empresarios debemos hacer frente y responsabilizarnos" señala el socio director en Quabbala Abogados y Economistas, Rubén García-Quismodo.

A nivel europeo la situación no mejora

Las tasas de desempleo se enquistan y cada vez reflejan peores datos. La población más joven se suma a este índice y se incorpora más tarde al mundo laboral por falta de oportunidades.

"Existe un alto nivel de insatisfacción por parte de estas nuevas generaciones" afirma Rubén García-Quismodo y añade "hay que repensar el Estado de bienestar".

Hasta ahora, todos estos problemas se han solucionado de la misma manera: financiarlo a través del endeudamiento. Otra alternativa que lo único que hace es empeorar más la situación europea.