Keystone XL ya es historia. Obama ha rechazado la construcción del oleoducto porque no representa los intereses de EEUU. Recordemos que Keystone XL es un proyecto propuesto por la empresa canadiense TransCanada que pretendía partir desde la región canadiense de Alberta y pasar por distintos lugares de EEUU, entre ellos las refinerías de Texas en el Golfo de México y un centro de distribución en Oklahoma. Dado que el oleoducto pretendía atravesar una frontera internacional, TransCanada necesitaba la aprobación de EEUU.

¿Por qué ha generado tanta polémica este oleoducto? Las razones son, ante todo, medioambientales. Este oleoducto en un principio iba a extraer petróleo de las arenas bituminosas canadienses. Esta extracción implicaba un procedimiento muy contaminante y perjudicial para el medio ambiente. Además, al cruzar este oleoducto varios estados también cabía la posibilidad de que afectase a otros hábitats, entre ellos fuentes de agua.

En torno a este proyecto figuraban una serie de empresas que, tras el anuncio de Obama, se van a ver perjudicadas. Y es que muchas compañías esperaban beneficiarse del Keyston XL porque les habría proporcionado un mejor acceso a las arenas bituminosas de Canadá y a los yacimientos de esquisto Bakken.

¿Cuáles son? En primer lugar, TransCanada, que era quien ponía el proyecto sobre la mesa. También figuran algunas de las principales petroleras como Canadian Natural Resources, ConocoPhillips, Exxon Mobil y Valero Energy.

Por otro lado, el fabricante de maquinaria agrícola Deere & Co apoyaba el proyecto porque, bajo su criterio, hubiese fomentado la creación de 20.000 nuevos empleos en la construcción y de paso hubiese ayudado a reducir la dependencia de EEUU respecto al petróleo extranjero, que era uno de los motivos principales que respaldaban el proyecto.

También pretendían sacarle partido al oleoducto otras como Quanta Services, de servicios de ingeniería y construcción de infraestructura para redes energéticas, y la multinacional química LyondellBasell Industries.