Eso supone que en total serán unos 13 millones en total el número de coches llamados a revisión por problemas en los airbag fabricados por Takata

Según ha confirmado el presidente de la automovilístiva, Takanobu Ito, en una entrevista al diario Nikkei. La nueva llamada a revisión de Honda se produce el marco de la investigación de las autoridades estadounidenses sobre los problemas detectados en los airbag de Takata, que habrían causado la muerte de al menos cuatro personas en EE.UU. y una en Malasia.

El fabricante ya ha recomendado la revisión de 6 millones de vehículos en todo el mundo debido a los fallos en los airbag que podrían suponer un riesgo para los pasajeros, y recientemente amplió esta llamada a otros 3 millones de automóviles en Estados Unidos para determinar la causa del defecto.

Honda extenderá la llamada a revisión a otros 3 millones de vehículos en EE.UU. y a aproximadamente otro millón en China, Japón y otros países, lo que elevaría a 13 millones el total de vehículos que deberán pasar por los talleres, según avanzó el presidente de la compañía.

El objetivo de Honda es hallar el origen del defecto técnico y repararlo para recuperar la confianza de sus clientes, según Ito, quien añadió que "no se puede depender de Takata para hallar la causa de los problemas".

El fabricante japonés de airbag se negó a efectuar una llamada de revisión en EE.UU. de sus dispositivos pese a que las autoridades estadounidenses le advirtieron en noviembre de posibles multas millonarias, según reveló el pasado día 3 la Administración Nacional para la Seguridad en la Carretera (NHTSA).

Takata es uno de los principales fabricantes de airbag del mundo, y la mayoría de sus productos defectuosos fueron elaborados en sus plantas de México y vendidos en EE.UU., según la investigación de las autoridades estadounidenses.

En los dos últimos años, alrededor de 16 millones de vehículos en todo el mundo, de ellos casi 10 millones en Estados Unidos, han sido llamados a revisión para reemplazar infladores de los airbag porque, según reconoció Takata, en condiciones de elevada humedad pueden explotar causando graves lesiones a los ocupantes del automóvil.