Así lo anunciará hoy David Marcus, presidente de Calibra, la filial de Facebook que gestiona la criptomoneda “Libra”. La compañía esperará hasta abordar todas las regulaciones y obtener todas las autorizaciones de los organismos pertinentes ante las dudas lanzadas por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, sobre si la criptomoneda pudiera tener usos ilícitos.

El presidente de Calibra señala que Libra no interferirá en políticas monetarias al considerarlas exclusivamente “competencia de los bancos centrales”, al igual que no competirá con el dinero tradicional.

Marcus asegura que los socios que prestan servicios financieros con “Libra” estarán obligados a cumplir con las normas contra el lavado de dinero. La Asociación Libra (como se ha denominado al conjunto de empresas responsables de “Libra”) no tendrá los datos personales de los usuarios más allá de las transacciones y la información personal que se facilite a Calibra, cuyos datos tampoco se podrán vender o compartir.

Calibra espera que el Comisario Federal Suizo de Protección de Datos e Información sea el regulador de la privacidad de Libra, ya que la Asociación Libra tiene su sede en Ginebra, aunque también está en conversaciones preliminares con la Autoridad de Supervisión de los Mercados Financieros de Suiza sobre "un marco regulatorio apropiado". Marcus defiende que esta innovación haya tenido lugar en EE.UU, “creo que si Estados Unidos no lidera la innovación en el área de la moneda digital y los pagos, otros lo harán. Si no actuamos, pronto podremos ver una moneda digital controlada por otros cuyos valores son dramáticamente diferentes".

Sin embargo, Mnuchin asegura que en la actualidad, la protección de datos y el lavado de dinero son sus principales reticencias para aprobar la nueva criptomoneda. "Van a tener que convencernos de que tenemos estándares muy altos antes de que tengan acceso al sistema financiero de Estados Unidos", añade.

"Estas criptomonedas han estado dominadas por la actividad ilícita y la especulación", sentencia Mnuchin. Pero no es la única voz discrepante, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, ya expresó su preocupación por los posibles usos fraudulentos que se le pudieran dar.