Pagar por adelantado. Ya menos visto cómo ha funcionado con las vacunas contra la COVID-19 este proyecto de adelantar el dinero para tener el producto antes que el resto. Lo hizo Israel con Pfizer y lo va a hacer Tesla con los microchips en medio de una grave crisis de suministro a la que se enfrenta el sector.

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La estrategia de Elon Musk para sortear la crisis de los microchips

Es la última de las ideas del tecnorey, Elon Musk, para no paralizar la producción en sus factorías en Asia y Estados Unidos

Un paso inusual en el sector con el que, como en tantas otras cosas, el tecnorey de Tesla, Elon Musk, se adelanta a unos competidores que en estos momentos están a ver cómo hacen para acabar con una crisis que está trayendo de cabeza a buques insignias de la economía automovilística mundial como Ford, Toyota o General Motors que ya han comunicado, en más de una ocasión, la paralización de sus factorías.

Lo publica este jueves Financial Times citando fuentes internas de la compañía que hablan de una propuesta que ahora mismo se estaría discutiendo en los cuarteles generales de Tesla con diferentes fabricantes, se desconoce por el momento quiénes serían los suministradores de estos chips, en Taiwán, Corea del Sur y Estados Unidos.

A nivel mundial, la crisis provocada por el coronavirus ha incrementado el teletrabajo y una de las consecuencias de ello es la creciente demanda de teléfonos móviles y ordenadores, cuyos componentes esenciales son los semiconductores.

¿El problema ahora?

Que los coches no tienen, como ya les hemos contado en alguna otra ocasión aquí en Capital Radio, microchips con los que poner sobre las carreteras sus vehículos.

¿Por qué? Veamos, los semiconductores ayudan a transportar la corriente eléctrica a través de los dispositivos y aseguran que todos los microprocesadores y transistores estén en funcionamiento. Una dependencia que afecta al futuro de una industria en plena reconversión: la movilidad eléctrica.

Actualmente la demanda global supera a la oferta que existe sobre el terreno y es que si estos microchips no están disponibles, los fabricantes no pueden continuar con el ensamblaje de sus vehículos y, finalmente, tienen que detener sus líneas de producción.

Volver a los velocímetros

De hecho, unas de las noticias que hemos conocido en los últimos días y que más ha chocado al sector es el anuncio de la francesa Peugeot de eliminar sus pantallas de los modelos 308 para volver al sistema analógico, es decir, las agujas del velocímetro de antaño.

Mirando hacia Tesla en concreto, hay que ver cómo esta empresa podría sortear estos problemas ya que a ellos no les vale con quitar la pantalla del salpicadero porque son varios los chips que gobiernan diferentes sistemas de control y el sistema de información y entretenimiento.

La estrategia de Elon Musk

¿Y qué tiene en mente Elon Musk? Varias cosas. Por un lado, han desarrollado nuevos microcontroladores gobernados por un firmware que permite trabajar con chips de diferentes proveedores. También se puso sobre la mesa la posibilidad de construir una fábrica de semiconductores propia, una idea que según Financial Times todavía está en una etapa preliminar además de ser costoso: en estos momentos se requerirían hasta 20.000 millones de dólares de inversión.

Y que, todo hay que decirlo, no se le antoja necesario. Recordemos las palabras de la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, hace unos días que buscando tranquilizar al sector les decía: será el Gobierno federal el que levante estas factorías.

Y la última ocurrencia: pagar por adelantado. Un compromiso que le aseguraría a Tesla la capacidad de producción actual. Y es que a nivel global, según la agencia calificadora Fitch, le costarán al sector un 5% de las ventas anuales.

¿Pagar por adelantado?

Hay que decir que esta maniobra no es nueva ya que algunos fabricantes, por contrato, ya han comenzado a permitir que grandes clientes paguen por adelantado sus coches para garantizarse los pedidos a un precio fijo.

Una práctica que, hasta ahora, era algo inusual para los fabricantes de chips, pero que ahora está tomando fuerza en el sector a fin de asegurar la rentabilidad de los negocios.

Hace ahora un mes, seis fabricantes de semiconductores cerraron un trato ya con United Microelectronics Corporation (UMC) en Taiwán para que éste ampliara su producción de semiconductores a cambio de la firma de varios depósitos financieros. Una variación del modelo de comercio tradicional del sector que cada vez recoge más apoyos.

¿Dónde queda TSMC?

Para TSMC, el mayor fabricante de chips por contrato del mundo, cuyo margen bruto es superior al 50%, la rentabilidad se basa en la capacidad de hacer malabarismos con la capacidad de suministro para sus numerosos clientes.

TSMC se ha resistido durante mucho tiempo a la reservar sus fábricas a cualquier cliente. Hasta ahora, desde su nacimiento en 1987, TSMC ha hecho una sola excepción, en 2014 para limitar el riesgo de que Qualcomm los cambiara por Samsung a la hora de realizar sus pedidos.

Así las cosas, prosigue el miedo y pánico de las marcas a tener que anunciar cortes de suministro y comunicar a sus clientes que, lejos de poder satisfacer la demanda de sus clientes, tendrán que decirles que esperen un poco más para recibir sus coches. Con todo y con ello, como en tantos otros asuntos Elon Musk quiere y busca lo de siempre, ser el listo de la clase y estar a la vanguardia allí donde trabaja.