Que sí, que el amor está en el aire, que cuidado con las flechas de Cupido… pero aquí, lo que nos interesa, es el ritmo al que late la bolsa. Y, sobre todo, qué amor oculto reside en el corazón de nuestros expertos. ¿Es un buen momento para enamorarse de la bolsa? ¿Hay algún activo, valor o sector que merezca la pena cortejar o corremos el riesgo de que nos dejen plantados?



Pablo García, desde Alphavalue, se declara un enamorado del mercado. Pero no quiere comprometerse sólo con un valor. ¿Por qué conformarse sólo con un amante? Lo suyo dentro de la bolsa es la poligamia.

Alberto Iturralde, desde diasdebolsa.com, apuesta por un amor canalla. Ese amor al que hay que darle puerta si en un corto periodo de tiempo deja de funcionar. Estar enamorado en el mercado es muy peligroso, nos dice Iturralde, y por eso hay que actuar de forma pendeja. Por el momento, le echa el lazo a las eléctricas.

Para Gerardo Ortega, director de Tradersecrets, su debilidad son los semiconductores. Pero dentro del sector, Intel es quien acapara ahora todas sus atenciones.

Nicolás López, de MG Valores, le hace ojitos al sector de infraestructuras. Un sector que mezcla los defensivos puros que pagan buen dividendo y la capacidad de crecimiento gracias a la adquisición de nuevas concesiones. Son compañías con altas expectativas de futuro y por eso enamoran al analista.

Pero hay quienes se muestran escépticos con el amor. Es el caso de Ricardo González, gestor de GPM Internacional, quien nos recomienda no enamorarnos de nada para no llevarnos un desencanto. Su consejo: debemos enamorarnos sólo de los activos que nos ofrezcan beneficios. Y si algún día dejan de hacerlo, debemos separarnos de ellos.

Y usted, ¿se siente atraído por algún activo en el mercado?