A partir de hoy, los amantes de la cerveza se convertirán en los principales defensores del medio ambiente, porque por culpa del cambio climático la cerveza será más cara. Hay quien ya acuña el término “lujo esencial”. ¿Pero hasta qué punto estaríamos dispuestos a pagar más por una caña? ¿Será la cerveza un lujo que no siempre nos podremos permitir?

El foco de preocupación es la cebada: sus cultivos son especialmente sensibles al calor extremo y la sequía. Si los rendimientos de estos cultivos disminuyen, habrá escasez de cerveza, menor oferta, misma demanda y, por tanto, subida de precios. Es la idea que se desprende de un artículo que ha publicado Nature Plants.

El estudio observa cuatro posibles escenarios: desde el más suave hasta el más duro. El mejor de los casos observa niveles bajos de gases de efecto invernadero. Aun así, el consumo de cerveza a nivel mundial se reduciría un 4% y los precios aumentarían un 15%.

Eso en el mejor de los casos. El peor de los escenarios no es apto para cerveceros sensibles. En este posible futuro, las emisiones de gases serían muy elevadas. Este clima extremo reduciría el rendimiento de los cultivos de cebada entre un 3% y un 17%.

A unas regiones les iría peor que a otras. Áreas tropicales como América Central o Sudamérica serían las más afectadas. Pero luego veríamos casos raros como EEUU: al ser un área más templada, los rendimientos de sus cultivos podrían aumentar hasta un 90%. Aun así, no sería suficiente para compensar la disminución global. De hecho, los estadounidenses no pueden cantar victoria en ningún frente: su consumo nacional también caería porque debería exportar más cebada que nunca.

Y uno de sus principales clientes sería China, el mayor consumidor de cerveza del mundo. China lastraría enormemente las cifras de consumo mundial. Debido al impacto del cambio climático en la cebada, consumiría 4.340 millones de litros de cerveza menos al año.

Aunque el mayor palo se lo llevaría Irlanda: sus ciudadanos pagarían hasta cinco dólares más por una botella de medio litro. Los cambios en el precio de la cerveza están directamente relacionados con la disposición de los consumidores a pagar. Y teniendo en cuenta que Irlanda es el mayor consumidor de cerveza del mundo por persona, el estudio predice que los irlandeses son los que estarían más dispuestos a rascarse el bolsillo por una pinta.

El objetivo del estudio no es alentar a las personas a que aprovechen el momento para beber más cerveza antes de que suban los precios. Es más bien una llamada de atención: la única forma de mantener la cerveza tal y como la conocemos es mitigar el cambio climático. ¿Seguirán algunos negando la existencia del cambio climático ahora que está en peligro el futuro de la cerveza? Trump ya ha cambiado su opinión y ha reconocido que existe…