África se suma a la carrera espacial y busca su hueco en este sector con el objetivo de impulsar sus ambiciones científicas y tecnológicas, pero también de seguridad y militares. Mucho ha cambiado la cosa desde los años 60, con el primer intento de un maestro de escuela en Zambia, y Etiopía es el último país africano en mirar al cielo y anunciar el lanzamiento de un satélite en órbita en un periodo de entre tres y cinco años, sobre todo, para desarrollar la monitorización del tiempo, algo fundamental en una zona castigada por la sequía.

El experto en tecnología y socio director de LTC Madrid, Roberto Espinosa, explica en Información Capital la percepción que tiene la región de utilizar esta tecnología para el desarrollo económico y la creación de empleo. La información que den estos satélites serviría para mejorar la agricultura, prevenir frente al cambio climático, la deforestación y los desastres naturales, o implementar la llegada de internet a las comunidades rurales.



Otra de las aplicaciones más destacadas, como apunta Espinosa, es el uso militar de esta tecnología, algo lleno de controversia, pero que está funcionando en el caso de Nigeria, con la utilización de satélites para luchar contra Boko Haram en el delta del Níger. También surgen dudas sobre la capacidad de los gobiernos de recabar información de sus ciudadanos o, incluso, los apagones de internet que se han sucedido en los últimos meses ligados a periodos electorales y cuyo máximo exponente lo encontramos en la campaña #BringBackOurInternet.

Entre los retos que encuentran las naciones africanas en su particular carrera espacial encontramos la falta de experiencia o educación, pero sobre todo la falta de acceso a financiación para estos proyectos. En este sentido Espinosa explica que “la menor regulación de estos países” podría facilitar la llegada de inversiones extranjeras.