Revuelo en el negocio del acero. Acerinox y su competencia neerlandesa, Aperam estudiaban hasta hace unos días una fusión para tratar de solventar un mercado errático. De momento tratan de solventar los primeros flecos de esta operación para crecer en “estructura, perímetro y términos”.

La derivada de la operación es que necesitaba el beneplácito de la familia Mittal, la de Arcelor porque cuenta con parte de los derechos de voto de sus principales accionistas.

En un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Acerinox ha confirmado este lunes que el consejo ha decidido cesar en las conversaciones de fusión con la firma holandesa.

¿Cómo se gestó todo? Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:

Acerinox-Aperam: ¿qué esperar de la posible fusión del año?

Ambas compañías confirman conversaciones preliminares para crear un nuevo gigante del acero en Europa con potencial en bolsa y más de una sorpresa para el inversor

Ucrania conmociona y también provoca un terremoto en el sector siderúrgico europeo. Presiones sobre los precios e incrementando los costes de producción que, quien más quien menos, traduce a precios porque para unas semanas se puede aguantar, pero para el largo plazo no hay quien le pueda dar la vuelta a las cuentas.

A los analistas llevamos meses haciéndoles la misma pregunta: ¿podrá el equilibrio de fuerzas opuestas ser favorable a las empresas de cara al futuro? Ellas descuentan que así será, pero no saben decir cómo porque tampoco se quieren pillar los dedos.

En el sector del acero las cosas son, como en todo, similares. Desde noviembre del año pasado, el precio de este metal ha estado cerca de alcanzar la cota de los 5.000 dólares la tonelada.

Esencial para sacar coches a las carreteras y levantar majestuosos edificios con los que nos han dicho que evolucionamos y hacemos desarrollarse a la economía. Se prevé que el rally con el que en su día arrancó el acero, tras el lanzamiento de la invasión de Ucrania, del 50% se mantenga en el tiempo aunque se vaya debilitando poco a poco.

La inflación aquella que los bancos centrales quieren mantener sobre la zona del 2%, pero no les está saliendo bien (seis puntos por encima), el repunte en los tipos de interés o la menos que ignorable tensión geopolítica siguen echando leña al fuego de unas ascuas en llamas.

Tridente reinante

ArcelorMittal, ThyssenKrupp y Salzgitter son el rey, principe e infante de un negocio que maneja en torno a 2,9 billones de dólares al año de producción, esto es, aportan el 3,8% al PIB mundial.

A estas compañías, nos insisten los expertos, todavía les queda recorrido porque los problemas que tenemos ahora no se van a resolver de un día para otro y esta es la razón sobre la que se justifica que haya espacio suficiente para crecer.

De hecho, en el trimestre todas estas empresas y otras como Acerinox o Aperam han registrado

ThyssenKrupp y Salzgitter tienen sus orígenes en el rápido surgimiento de Alemania como potencia industrial en el siglo XIX. Arcelor fue el resultado de la fusión de las ambiciones empresariales de Luxemburgo, España y Francia: se fusionó con Mittal en 2006 para convertirse en la empresa siderúrgica más grande del mundo.

¿Fusión para líder?

En este entorno de mercado hay competencia que es lo que este viernes no interesa estudiar. Concretamente Acerinox y Aperam por aquello de que dicen que se podrían terminar fusionar para crecer.

Con estos fundamentales hoy en Madrid Acerinox se suspendía de cotización al hundirse más de un 5% y Aperam se disparaba en Ámsterdam sobre el 7% al poco de conocerse la noticia y, sobre todo, después de que en sendos comunicados, las compañías confirmaran que sí, que buscaban una operación de fusión y reestructuración del sector.

El problema del liderazgo...

Sinergias habrá, se lo hemos escuchado decir a nuestros analistas. Pero antes de ello, lo que hay son problemas. Con la operación se crearía un productor de acero líder en Europa (6 millones de toneladas métricas de producción), Estados Unidos, Sudamérica y Sudáfrica en mano de la familia MIttal y March como accionistas de referencia.

Mucho poder que podría no gustarles a las autoridades de competencia europeas que deben dar su beneplácito a la eventual fusión.

... y del accionariado

Y luego, otro dato más terrenal es que una potencial fusión tiene que contar con el apoyo de la familia Mittal, la de Arcelor que les decía que se convertiría en accionistas de referencia al controlar el 40,94% de los derechos de voto, y de Corporación Financiera Alba, el grupo inversor de la familia española March, que es el mayor accionista de Acerinox, con un 17,78% del capital.

A todo esto, recordar los orígenes de Aperam. Excisión de ArcelorMittal en 2011 por la separación de las actividades de aceros inoxidables, eléctricos, aleaciones y aceros especiales.

En cualquier caso, de momento lo que tenemos son los primeros pasos de un camino que se las promete complejo hasta que pueda terminar por producirse ‘el encuentro’.