Abengoa continúa en su particular ‘vía crucis’ en su crisis de liquidez que ha lastrado los números de 2015 pasando de los beneficios de 125 millones registrados en 2014 a las pérdidas de 1.213 millones de millones de euros a cierre de 2015, tras realizar saneamientos por casi 900 millones de euros.

La paralización de numerosos proyectos, junto con el deterioro contable de activos y el fuerte repunte de los intereses de varios créditos han llevado los números negros de 2014 a cambiar el color a rojo el pasado ejercicio.

Por ello, el grupo español de ingeniería y energías renovables ha incluido un impacto negativo de 878 millones de euros derivados de esos problemas que están afectando en los últimos meses a la viabilidad de todas las compañías dependientes de Abengoa.

Las ventas del grupo en el ejercicio 2015 ascendieron a 5.755 millones de euros, un 19,5% menos que los 7.151 millones de euros registrados el año anterior. La actividad internacional representó el 86% de las ventas consolidadas.

En una nota remitida a la CNMV, Abengoa ‘culpa’ a esta caída de la cifra de negocios se debe a la actividad de Ingeniería y Construcción con una contracción de 1.184 millones de euros relacionados por la mala situación del grupo en el último trimestre de 2015.

En los últimos meses, la familia Benjumea, que aún mantiene el control de la compañía, continúa negociando un plan de viabilidad con los acreedores que permitan la viabilidad del grupo en los próximos meses.

A pesar de estas pérdidas récord, el plan presentado el pasado mes febrero apunta a que la nueva Abengoa tendría un valor neto estimado de unos 5.395 millones de euros. Además cifra unas necesidades de liquidez de 826 millones para finales de 2016 y 304 millones para cerrar 2017.

Tampoco llegan buenas noticias desde el otro lado del Atlántico para los propietarios del grupo español. La filial estadounidense de Abengoa, Atlántica Yield registró 209 millones de dólares a cierre de 2015 y retrasa el pago de su dividendo hasta conseguir liquidez.