Abengoa se acerca al precipicio. El rescate de la SEPI que ya no va a llegar echa para atrás al fondo estadounidense Terramar y los bancos le cierran la puerta a esta industrial sevillana que se dirime entre lo malo y lo peor: el futuro de 8.700 empleos y la continuidad o el desguace del grupo que se dirimirá en la vía concursal.

¿Cómo ha llegado al colapso una compañía que llegó a cotizar en Estados Unidos?

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Abengoa, el ocaso de lo que fue la punta de lanza de nuestra economía

Fuentes de la industrial sevillana confirman a Capital Radio que este jueves se reúne el consejo para declarar el preconcurso de sus filiales

Corría el año 2016 cuando Abengoa solicitaba a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) excluir a sus títulos de negociación en la principal plaza bursátil del mundo. Pero era 2015 cuando ya entre caídas del 40% abandonaba el IBEX35, el selectivo de la bolsa española, tras presentar el primero de los preconcurso de acreedores que tan habituales han sido para esta industrial sevillana en el último lustro.

Decenas de varapalos y el último cuando en la rueda de prensa de un Consejo de Ministros adelantado por la Cumbre de la OTAN en Madrid, su nombre no aparecía entre las seis empresas rescatadas por el Fondo de Apoyo a la Solvencia de las Empresas Estratégicas puesto en marcha por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, SEPI y pandemia mediante, para evitar que el tejido productivo español se hundiera por la COVID-19 y ahora por la guerra de Rusia en Ucrania.

El de Abengoa es un ocaso que los trabajadores se niegan a aceptar. No quieren ver que el castillo de naipes se viene abajo después de que la SEPI haya decidido que no es el momento de aportar a esta firma los casi 250 millones de euros que le pedían para mantener las operaciones y abordar una reestructuración que ya no se va a dar.

Porque de los 250 millones de euros del Gobierno, concretamente, 249 millones, dependían los 500 que se había comprometido a aportar el fondo estadounidense Terramar.

El cambio de hoja de ruta de Abengoa se ideó el pasado 25 de mayo cuando se esperaba un rescate público que no ha llegado y se anunció la entrada de Terramar para hacerse, a cambio de la factura, con el 70% de la filial que concentra los principales activos del grupo, Abenewco 1.

La reestructuración incluía la desvinculación de la matriz, a la que se dejaría caer sin problemas, de la filial Abenewco 1, que era la realmente rescatada a través de sus sociedades operativas en esta operación que hoy colapsa.

Esta realidad aboca a la firma al mayor concurso de acreedores de la historia de España, con 6.000 millones de deuda y 5.000 empleos. Según adelantaba esta mañana CincoDías y hemos confirmado en Capital Radio, mañana habrá una cita del consejo para solicitar el preconcurso de sus filiales.

¿Aparecerá un 'caballero blanco'?

Ya en enero la guerra se acrecentó. Entre Clemente Fernández, expresidente ejecutivo de Amper y Marcos de Quinto. El primero se quedó al frente de la firma y el segundo salió entre reproches a la dirección que se quedaba.

Fernández habló entonces en los micrófonos de Capital Radio y nos dejaba claros sus planes: tomar el control de la compañía, estabilizarla y conseguir financiación y avales para asumir nueva cartera o ejecutar la que ya tenía la empresa. Al final, no ha podido hacer efectiva estas ambiciones.

A Abengoa le queda, en estos momentos, mirar a ver si se le aparece el Espíritu Santo. La banca y acreedores miran expectantes a lo que pueda pasar por el nuevo rumbo, sin cabeza ni dinero, que tomará la empresa. ¿Podría aparecer un ‘caballero blanco’ que los salve en el último momento? Podría, pero no se espera.

Aunque desde el punto de vista social lo ideal sería que Abengoa no terminara por 'morir', puesto que aglutina a alrededor de 11.000 empleados y el interés en primera instancia es preservarlos, las entidades acreedoras son de la opinión de que el mejor escenario sería poner punto final a esta agonía.

Desde el Gobierno, preguntados este miércoles por el caso en el Congreso de los Diputados, echan balones fuera. De hecho, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dice que todo es culpa del Partido Popular.

Mientras que desde el Partido Popular, critican la posición del Ejecutivo. Elías Bendodo, portavoz de la Junta de Andalucía.

Pero a raíz de esto también ha salido a la luz por el diario El Mundo el último informe de la consultora Grant Thorton, fichada por la SEPI el año pasado, en el que se señala expresamente que las seis filiales de Abengoa que pidieron préstamos que sumaban los 249 millones de euros "cumplen los criterios de elegibilidad", aunque eso sí, con "matizaciones", para ser beneficiaria de alguno de los instrumentos de apoyo de la SEPI. Por ello, se interpreta, que la última palabra, la negativa por bandera, la ha llevado el Gobierno.

Visto esto, Abengoa vuelve a asomarse a un precipicio por el que parece que esta vez sí, se cae.