El Gobierno de la Comunidad de Madrid aprueba la semana que viene importantes cambios en el impuesto de sucesiones: introduce una bonificación del 15% para las transmisiones entre hermanos y del 10% entre tíos y sobrinos. Además establece un mínimo exento de 250.000 euros para donaciones y herencias entre padres e hijos, cónyuges y hermanos, que se destinen a la adquisición de vivienda habitual o al lanzamiento de una iniciativa empresarial o de emprendimiento.


La recaudación de estos dos impuestos (sucesiones y donaciones), que corre a cargo de las comunidades autónomas, fue de 2.240 millones de euros según datos del Colegio de Economistas, de 2015. Madrid es una de las comunidades donde más se recauda (unos 300 millones). Le supera en todo caso Cataluña, con más 400 millones, seguida de Andalucía con más de 300 millones de euros al año.

El Congreso rechazaba a principio de este mes una propuesta de Ciudadanos para eliminar el impuesto de Sucesiones y Donaciones en todo el país. El PSOE, Unidos Podemos, Esquerra Republicana, PDeCAT y PNV votaban en contra.

Cambios en otras comunidades autónomas


Desde el 1 de noviembre, entraba en vigor el acuerdo al que el Gobierno de Aragón y Ciudadanos, para que el mínimo exento se elevase a los 500.000 euros, bonificándose al 99% hasta esta cantidad independientemente del patrimonio.

Andalucía, hasta este año era una de las regiones en que el impuesto era más alto, a principios de 2018, y tras el pacto alcanzado por la Junta también con Ciudadanos, la figura está bonificada.

En el punto de mira en Cataluña 


El Ejecutivo catalán ha defendido durante los últimos meses que no se planteaba una subida de impuestos en el proyecto de Presupuestos de la Generalitat de 2019. Pero si quieren sacar adelante las cuentas, tienen que hacer algunas concesiones a los comunes. La portavoz del Govern Elsa Artadi, abría la semana pasada la puerta a una posible subida de impuestos, al asegurar que la Generalitat "ha revisado la fiscalidad cada año".

Esto se interpretó como un mensaje a los comunes, que exigen ahora aumentos en la fiscalidad para apoyar las Cuentas autonómicas, porque quieren que se aumente el gasto social en 1700 millones.

El impuesto de sucesiones y donaciones ha estado en el punto de mira de la izquierda catalana durante los últimos años y se ha reformado en varias ocasiones. Actualmente, la recaudación por el impuesto de sucesiones y donaciones representa unos ingresos superiores a los 400 millones de euros anuales para la Generalitat.

El Govern se reúne el jueves con los comunes para negociar los presupuestos, pero desde el PdeCat ya han dicho que no están dispuestos a aumentar la carga fiscal a los catalanes.