La economía de Reino Unido crecerá más de lo previsto en 2017, aunque las perspectivas descienden para los próximos tres años. Así lo ha anunciado el canciller de Hacienda británico, Philip Hammond:
La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria pronostica que el PIB en 2021 será aproximadamente el mismo que en el que anunciamos en otoño. Como reflejo de la reciente fortaleza en la economía, la Oficina ha aumentado su previsión de crecimiento este año del 1’4% al 2%. En 2018 el crecimiento se desacelerará a un 1’6%, luego subirá a un 1’7%, luego a un 1’9% y finalmente volverá a un 2% en 2021.

Tras el Brexit, las perspectivas apuntaban a una desaceleración en la economía británica. Pero un mayor gasto de los consumidores ayudó a que la economía creciese un 1’8%, más rápido que el resto de países del G-7. Aunque ahora la subida de la inflación y la caída de la libra piden cautela, y Hammond advierte de que Reino Unido no puede dormirse en los laureles:
Mientras nos preparamos para nuestro futuro fuera de la UE, no podemos descansar en nuestros logros pasados. Debemos concentrarnos sin descanso en mantener a Reino Unido a la vanguardia de la economía mundial. El déficit está bajando, pero la deuda sigue siendo demasiado alta. El empleo es alto, pero la productividad sigue obstinadamente baja.

Por su parte, Theresa May planea comenzar el proceso de divorcio con la UE antes de finales de marzo. Un proceso que preocupa a las empresas y a sus inversiones a largo plazo.