La nueva presidenta del BCE, Chstine Lagarde, ha explicado que, aunque seguirán apoyando a las economías del euro con su política monetaria, se deben implementar cambios en política fiscal por parte de los países.

Además, en un momento en el que se pone en duda los efectos secundarios de su política monetaria, como ya alertaba Luis de Guindos, el vicepresidente de la entidad, Lagarde ha dicho que los seguirán monitorizando.

Es una de las conclusiones de las palabras de la francesa, que también ha analizado los principales riesgos que pesan ahora sobre la economía de la eurozona.

Y, aunque no ha dado más detalles, una de las frases que ha despertado la atención de la audiencia es que someterán la política monetaria "a una revisión estratégica que comenzará en el futuro cercano". Sin añadir nada más

Reforzar la política fiscal

En su discurso, Lagarde ha explicado que la eurozona se enfrenta a cambios en el comercio mundial (afectado por la guerra comercial entre EE.UU. y China).

Pero otro de los factores que pueden afectar a la economía es la bajada de la demanda interna. Y es que es el consumo interno el que ha mantenido la economía de los países del euro durante y después de la crisis.

Para responder a estos retos, Lagarde dice que una de las herramientas es la política fiscal. Pero también ha vuelto a pedir (como ya hacía su antecesor, Mario Draghi) que los países implementen cambios en política fiscal.

También ha insistido en que hay que avanzar el mercado único digital, la unión del mercado de capitales y el mercado único del sector servicios, lo que supone también culminar la unión económica y monetaria.