Luis Enrique ha hablado tras la desvinculación de Robert Moreno de la selección española y lo ha calificado como una persona “desleal” y con una “ambición desmedida”. Pero, ¿es buena o mala la ambición cuando se trata de economía y gestión de equipos?

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La respuesta es relativa, ya que depende de qué ambición estemos hablando. Lo cierto es que en la cultura latina esta no es una cualidad que se valore tanto como en la anglosajona. “La ambición es positiva porque te ayuda a mejorar”, comenta Emilio González, profesor de Economía de Comillas, ICADE.

En este sentido, utiliza el ejemplo del tenista Rafael Nadal, que no se ha conformado con un título en el Roland Garros y ha ido por muchísimo más. Aunque, González asegura, que esta cualidad “puede que se convierta en algo peligroso”.

Dos tipos de ambición

Cuando se trata de la ambición de conseguir metas, Juan Abellán, profesor de EAE Business School, asegura que es “legítima”. Pero, la ambición por el poder, o por ocupar el cargo “es nefasta”, expresa. Según el experto, “la primera te lleva a desarrollar nuevas cosas, pero la segunda destruye equipos y empresas”

Por eso, es importante detectar los distintos tipos de ambición en el ambiente laboral para que el trabajo en equipo pueda funcionar bien. Hay personas que buscan escalar en una empresa sin importar los medios para llegar al fin. “Es la persona que cuando se la detecta hay que despedirla porque impide el trabajo en equipo”, sostiene Abellán. “Cuando es ese tipo de ambición, mejor prescindir de esas personas”, añade.