La que será nueva presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, dimitirá hoy de su cargo como ministra de defensa de Alemania, tras ser ratificada ayer en el Parlamento Europeo como la primera mujer que presidirá la Comisión en una ajustada votación que refleja la fragmentación de la nueva Eurocámara. Obtuvo 383 votos a favor, solo nueve más de la mayoría absoluta necesaria, 327 votos en contra y 22 abstenciones.

La alemana defiende un programa marcado por la batalla al cambio climático, pretende instaurar una ley climática en el continente para que sea el primer neutro del mundo en 2050 con la ambición de movilizar un billón de euros en inversiones en 10 años. Una propuesta en línea con las peticiones del grupo socialista, según el eurodiputado del PSOE, Jonás Fernández.

A las medidas concretas contra el cambio climático, incluidas medidas para que el sector industrial europeo “no sufra especialmente”, suma el compromiso de “reformar la zona euro para hacerla más sostenible, la lucha contra la evasión fiscal o el incremento de impuestos, como el de Sociedades o el de las empresas digitales.

“La verdad es que su intervención refleja en gran mediad lo que los socialistas deseamos, pero es más fácil decirlo que hacerlo. Tiene nuestro voto de confianza, pero vigilaremos qué medidas se desarrollan”, advierte Fernández.

Von der Leyen, que no tomará posesión hasta el 1 de noviembre, quiere ponerse ya a trabajar. La alemana afronta ahora la tarea de conformar su equipo de gobierno para los próximos cinco años, para el que contará con el socialdemócrata holandés Frans Timmermans y la liberal danesa Margrethe Vestager como sus vicepresidentes.

Fernández alerta que la alemana se encontrará con dificultades en la conformación del colegio de comisarios y señala directamente a los políticos italianos, polacos o húngaros, donde las fuerzas euroescépticas han demostrado su fortaleza tanto en las elecciones europeas como en los respectivos parlamentos nacionales.

Sobre los retos futuros de la nueva presidencia, el socialista pide “ser cautos” en la relación con la Administración Trump pero también destaca el compromiso de la candidata a desarrollar las instituciones multilaterales y regular la actual globalización.