(Reuters) Italia mantiene los principales pilares de su presupuesto para 2019, poco antes de que se cumpla un plazo para modificar lo que Bruselas calificó como proyecciones económicas demasiado optimistas o enfrentará sanciones por incumplir las reglas fiscales de la UE.


El vicepresidente Luigi Di Maio y el ministro de Economía, Giovanni Tria, dijeron estar comprometidos a respetar un déficit presupuestario que no supere el 2,4 por ciento de la producción económica del país el próximo año.

Pero la Comisión Europea, que ha dado a Roma hasta el martes para presentar un nuevo presupuesto, pronosticó un déficit del 2,9 por ciento y una brecha fiscal estructural (sin contar con extraordinarios y alteraciones del ciclo económico) del 3 por ciento.

Bajo los requisitos de la UE, Italia debería reducir su déficit estructural el próximo año al 1,2 por ciento y seguir disminuyéndolo cada año hasta equilibrar sus cuentas.

Tria dijo en una audiencia parlamentaria que el Gobierno estaba "ocupado redactando una respuesta a la Comisión Europea con respecto a los puntos más polémicos del presupuesto", pero confirmará sus "principales pilares" ya que la desaceleración económica ha hecho que la expansión fiscal sea más necesaria.

El Gobierno dijo que introducirá un programa de apoyo a la renta el próximo año para enfrentar la creciente pobreza y que reducirá la edad de jubilación en un esfuerzo por oxigenar el mercado laboral y generar más oportunidades laborales para los jóvenes.

También prometió recortes de impuestos y ofreció una amnistía parcial a los ciudadanos que resuelvan sus disputas fiscales con las autoridades.

La Comisión rechazó el mes pasado el plan fiscal de Italia para 2019, diciendo que había incumplido el compromiso anterior de reducir el déficit y que no garantizaba una reducción de la deuda del país, la segunda más alta en la zona euro en proporción al PIB.

BONOS ITALIANOS

En Helsinki, Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión y comisario del euro, dijo que los cálculos fiscales de Roma se basaban en "suposiciones demasiado optimistas".

El enfrentamiento entre Roma y Bruselas ha asustado a los mercados financieros y tras las declaraciones de Tria los rendimientos de los bonos italianos a 10 años subieron al 3,46 por ciento, su nivel más alto en más de una semana.