No tenemos en cuenta el problema del agua, y no hemos actuado en consonancia a las necesidades que iban surgiendo. Ahora hay que reorganizar los recursos. Así lo transmite José Carlos Díez, director del Foro de Economía del Agua, “hay que hacer uso de los recursos de forma razonable, invirtiendo en el ciclo urbano y concentrando los excesos donde hay carencia de agua”, sentencia. También hay que invertir en el sector agrario, hay soluciones tecnológicas para racionalizar el uso hidráulico, “no se trata de perjudicar a los agricultores, sino de distribuir mejor los recursos”.

Para ello hay que poner el volver a poner el agua al frente del debate ciudadano, y sobre todo, de “reflexionar sobre un modelo de gobernanza que siempre ha sido poco flexible” anota Ramiro Angulo, director de agua en Alta de Suez España. Hay que apostar por la tecnología, porque disponemos de las herramientas necesarias para hablar de “agua 4.0”, defiende Angulo.

Ahora bien, no somos capaces de hacer el esfuerzo oportuno. “En España pagamos el 70% del precio europeo del agua, siendo que tenemos problemas hidráulicos. No estamos acostumbrados a pagar por el agua”, indica Fernando Morcillo, presidente de AEAS.

Aquí tienes la tertulia especial dedicada a la "Economía del Agua":



La falta de sensibilización coexiste con la falta de inversión. “La subvención del precio del agua desemboca en la falta de inversión”, señala Morcillo.  La gran inversión que se realizó precrisis, resolvió los principales problemas pero hay que renovarlos. “Hay que empezar a aportar datos y análisis sobre las inversiones necesarias que ya se están deteriorando”, añade Juan Carlos Díez. En un país en el que no hay tradición de pactos, resulta complicado trazar una línea de actuación común.

“El tema del agua no es cosa de pactos nacionales, sino regionales”, reflexiona Ramiro Angulo. Planteamientos políticos que a menudo han abierto debates sobre transvases, que nunca se han llevado a cabo ya que “no hay dinero y tienen gran impacto” apostilla Díez. La solución para los expertos pasaría por tomar medidas económicas para atraer la inversión necesaria. Mientras tanto, la duda sobre el futuro de la sostenibilidad del agua es cada vez más densa.