Todo apunta a que ya podemos hablar de una guerra comercial entre EEUU y China. La Administración Trump ya ha dirigido su enfado hacia un punto en concreto: el gigante asiático, a quien acusa, entre otras cosas, de haberse apropiado de las innovaciones tecnológicas de otras regiones, en especial de EEUU.

"China pone sus reglas y nosotros tenemos que jugar con ellas, pero EEUU le está plantando cara", señala Juan Carlos Martínez Lázaro, desde IE Business School.

 

Y es que a lo largo de los años hemos visto cómo China ha comprado empresas de sectores como el del automóvil para implantar sus innovaciones tecnológicas en la industria. "Las autoridades europeas tendrán que ver hasta qué punto están dispuestas a transferir su tecnología", señala Lázaro, aunque en el caso de EEUU "ha dejado claro que las reglas del juego tienen que ser otras, sino China verá cómo sus exportaciones se ven afectadas en un mercado tan interesante como el norteamericano".

China es un país proteccionista y la relación con él es de amor/odio. Por un lado, su dinero es necesario; pero por otro lado, maneja demasiado bien los hilos, cosa que no gusta ni a Europa ni a EEUU. La batalla contra la hegemonía de China está servida.