Electoralistas y poco realistas. Así califican los presupuestos generales del Estado aprobados este viernes por el Consejo de Ministros nuestros expertos: José María Mollinedo, secretario general de Gestha, y Almudena Semur, secretaria general del Instituo de Estudios Económicos. Puede escuchar sus análisis en el siguiente podcast.



Para ambos, la recaudación prevista por ejecutivo (donde el incremento de lo recaudado por Irpf sube un 14%) es algo casi imposible de lograr, por lo que entienden que el Ejectivo, en realidad, busca lograr votos gracias a las propuestas y no tanto sacarlos adelante. Coincide con ellos José Carlos Diez, economista y profesor, que cree que la medida está "inflada".



Su trámite parlamentario comenzará el próximo lunes, y el Gobierno de Pedro Sánchez no cuenta de momento con apoyos suficientes para sacar adelante las cuentas de 2019. Es algo que podría cambiar, si logra los votos de aquellos que también le apoyaron en la moción de censura que promovió contra Mariano Rajoy. Para ello, deberá añadir al gasto previsto aquello que exijan los partidos nacionalistas (en especial PNV, que más allá de gestos en Cataluña, tratará de sacar rédito económico como ya hiciera con los Presupuestos Generales del Estado para 2018, que en ese momento tramitaba el PArtido Popular).

El gasto, en todo caso, se incrementa especialmente en las partidas de dependencia y sanidad, aunque el grueso real del presupuesto sigue (una vez más) yendo a parar a las pensiones, que consumen el 42% de la asignación de las cuentas públicas. Los expertos coinciden en que los presupuestos son poco realistas en vista de la previsión recaudatoria, que no tiene otro objetivo que ayudar a cuadrar (mediante ingresos previstos) el aumento del gasto de manera que no se desvíe la meta del déficit pactado con Bruselas más allá del 1,3% del PIB (objetivo fijado por el Gobierno de Mariano Rajoy con la Comisión Europea).