Una semana con un giro de guión de película de espías, siete días de feria (la de Abril en Sevilla) y bailar pegados.

De tensiones por los secretos del Estado, los partidos ganados sobre el tiempo de descuento y ahora con rumores de que las urnas nos acechan a la vuelta de la esquina, en definitiva, una semana más.

Escucha el resumen semanal completo en este podcast de El Balance:

Claves Economía | El Balance [06.05.2022]

Siete días con giro de guión de película de espías, siete días de feria (la de Abril en Sevilla) y bailar pegados; De tensiones por los secretos del Estado y de los partidos ganados sobre el tiempo de descuento

Esta semana, otra vez, ha vuelto de ir de espías, pero de los espías torpes, la clase política de esta España nuestra; el asunto está que si han espiado a los líderes independentistas catalanes o no, ah, bueno y como dice Buzz Light Year si han espiado nuestros servicios secretos hasta el infinito y más allá.

El caso que los espionajes van de cinco en cinco y mientras, Paz Esteban, la que es la directora de orquesta de los espías españoles hablando en el Congreso de los Diputados, pero en una comisión supersecreta a la que no pudieron nuestros políticos meter el teléfono móvil. Quizás, esto era, por si el Pegasus andaba por ahí suelto también.

Porque unos dicen que los espían los otros y los otros aseguran que son de fuera de donde vienen los intereses para saber la puntuación en el Candy Crush de Pedro Sánchez. Pero unos por otros, la casa sin barrer.

Ayer, lo comentábamos, fue Paz Esteban, la superespía al Congreso, y lo único que dijo fue que sí, que habían espiado, pero que no sabían el porqué, de dónde venía la orden… que si se había dado desde el Gobierno o que si eran las cloacas del Estado las que habían estado moviendo los hilos en la oscuridad.

Lo que está meridianamente claro es que Pere Aragonés y 17 líderes independentistas catalanes más han sido espiados por nuestro Cuerpo Nacional de Inteligencia y que Marruecos, como s especula en estos últimos días que ha sido el que ha desencadenado esta crisis, nada tiene que ver.

El teléfono de Aragonès, president de la Generalitat de Catalunya, figura entre los pinchados por el CNI con autorización del magistrado del Tribunal Supremo encargado de controlar las actividades del servicio secreto que vulneran derechos fundamentales (entradas en domicilios e intervención de las comunicaciones). Ahí es nada.

En cualquier caso, explicaciones que para el PSOE son suficientes. Explicaciones que para el Partido Popular son suficientes. Pero explicaciones que para ERC y Junts no valen nada.

Rufían, diputado asiduo a un micrófono presente en esta cita con la lideres de los espías sin móvil que habló ante los micrófonos y que ahora se enfrenta a una posible denuncia de Ciudadanos y al ultraderecha de VOX por, dicen, hablar de más de cosas que son secretas.

De fiesta en Sevilla

Todo esto pasa en tiempo de Feria, en tiempo de Feria de Abril. Cita con la fiesta en Sevilla, un año más y dos después de que comenzara la pandemia con la normalidad ya entre casetas y rebujitos. Bueno, normalidad hasta donde lo permite una clase política que anda de campana electoral.

En primera posición, Ciudadanos. Inés Arrimadas y Juan Marín, todavía vicepresidente de la Junta de Andalucía en funciones bailaban este pasado miércoles entre sevillanas de quienes, según las encuestas, no van a saber muy bien qué hacer el próximo 20 de junio cuando ya se vean con un pie más fuera que dentro del parlamento autonómico.

En este carrera de fondo, de cerca, el Partido Popular de Juan Manuel Moreno Bonilla bailando pegados, que si no no es bailar (ya saben lo que decía Sergio Dalma) bailando pegado el presidente con Macarena Olona, candidata ultraderechista de VOX.

Y como no hay dos sin tres por las tierras de Guadalquivir también se ha paseado en las últimas horas la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz. Esta remangada para trabajar. No es política. Ahora, poniendo cañas. Viral se hacía este jueves una llamativa imagen de Díaz poniendo una cerveza.

Pero el asunto va más allá, tiene su miga porque hace apenas un mes El Mundo publicó un titular muy comentado en las redes sociales: “Los caseteros de Sevilla: ’Que se ponga Yolanda Díaz un traje de gitana y se sirva ella la cerveza”.

Y ella, en la caseta de Comisiones Obreras se ha lanzado a la hostelería. En la capital hispalense parecía celebrar Díaz, entre otras cosas que tenga pendientes, los datos del paro. Los conocíamos el miércoles y eran buenos, pero esconden, como toda gran tabla de Excel, sus luces y sus sombras.

Por un lado, la contratación indefinida aumenta con fuerza gracias a la reforma laboral. Pero detrás hay 413.914 contratos a tiempo parcial (el 59%) y 233.000 contratos fijos discontinuos.

La Seguridad Social también marca un récord. Pero además de los más de 17.600 ocupados que están bajo un ERTE, el empleo público es mucho mayor que antes de la pandemia, es decir, el Estado sostiene al Estado.