El sultán Mohammed V de Kelantan, antiguo rey de Malasia, se ha divorciado de la ex miss Moscú Oksana Voevodina, tan solo seis meses después de convertirse en el primer monarca de la historia del país en renunciar a la corona tras estar sometido a ciertas presiones relacionadas con Oksana, que tras la boda adquirió el nombre de Petra Rihanna. La pareja, que había tenido su primer hijo el 21 de mayo, ha firmado los papeles para la separación definitiva apenas un mes después, el 1 de julio.

Todavía no se saben los motivos por los que han podido tomar esta decisión, de hecho, el formato que ambos han elegido para llevar a cabo esta ruptura no ha podido ser más contundente según los preceptos del Islam. La palabra “talak”, que es la forma más rotunda e irreversible de referirse al divorcio, se repite tres veces, por lo que no parece que hayan terminado su matrimonio de la manera más amistosa posible.

Este divorcio no era nada esperado después de que Mohamed renunciara el pasado enero al trono para poder continuar libremente su matrimonio. Por aquel entonces saltaron unas imágenes polémicas de su esposa durante un reality en el que participó en Rusia dos años antes de prometerse con el sultán.

Rihanna, de 25 años, se convirtió al Islam y adoptó este nombre al casarse con el sultán, de 50 años. Después de admitir que le gustaban los chicos que andan en monopatín y bicicleta y participan en competiciones, Mohamed cumplía su criterio de ser el cabeza de familia y ganar más que la mujer.

Pero, ¿cuánto le ha costado a Malasia la boda real para después abdicar y, siete meses después, divorciarse?

No es fácil encontrar datos oficiales de cuánto cuesta una boda real en el país asiático, pero sí que sabemos lo que han costado otras bodas reales, que al final serán cantidades parecidas, millón arriba, millón abajo. La boda de Meghan Markle y el Príncipe Harry en Inglaterra, por ejemplo, pudo costar cerca de los 43 millones de dólares, algo menos de 40 millones en euros.

La boda real de nuestros actuales reyes, Felipe VI y Letizia Ortiz, costó parecido, con todos los gastos incluidos la cifra supera los 40 millones de euros. La promoción de la boda en España y Madrid, según el precio de mercado, costó alrededor de un millón de euros. Sumamos 9 millones de euros que el Ayuntamiento de Madrid invirtió en adornos, iluminación y otras infraestructuras para decorar la ciudad. La retransmisión por televisión, se calcula que costó 7 millones de euros, según la revista Tiempo. Todo esto teniendo en cuenta que RTVE no cobró nada a ninguna televisión por cederle la señal y tampoco emitió publicidad.

El Ministerio de Interior estimó una cifra de 7 millones de euros para la seguridad, que consistía en 20.000 agentes, incluyendo sus dietas y horas extra. El Patrimonio del Estado invirtió, además, 825.000 euros en decorar la Almudena. El acondicionamiento del Patio del Príncipe para acoger el convite costó 1,3 millones de euros. Se instalaron 27 cuartos de baño provisionales para los asistentes que costaron 275.000 euros, a los que hay que sumar 87.000 del alquiler de la vajilla.

El alojamiento de los asistentes, excepto los familiares directos de los novios, se lo pagaban los propios invitados. Ya solamente las invitaciones de la boda costaron 36.000 euros. El traje de la novia fue de lo más barato: 6.000 euros. En peluquería y maquillaje para los protagonistas y los principales invitados se gastó unos 500 mil euros, además de que pagaron los trajes de la familia de la novia.

La Casa Real en sí solo aportó 300.000 euros, de los cuales 250.000 correspondieron a la comida.

¿Y los anillos? A lo mejor corresponden a esos 50.000 euros que puso la Casa Real, aunque me parecería francamente poco dinero en proporción al invertido en otros aspectos.

En fin, sin contar estos 300.000, los datos suman 40 millones, por lo que la boda real de Mohamed V de Kelantan y Oksana Voevodina podría haber costado una cifra parecida, es decir, 40 millones de euros, millón arriba millón abajo, que después de este repentino divorcio se han ido un poco a la basura. Si lo transformamos a la moneda malasia, el Ringgit malasio, el precio total se correspondería con 8 millones y medio de Ringgit.