España cerró 2017 con un déficit público del 3,11 por ciento del Producto Interior Bruto,  incluyendo las ayudas estatales para el sector financiero, equivalente a algo más de 36.000 millones de euros; según datos presentados por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

De esta forma, el Gobierno hace los deberes y cumple el límite de gasto fijado por Bruselas para el año pasado. La Unión Europea fijaba un déficit máximo para España de un 3,1 por ciento del PIB, unos 120.000 millones de euros.

Frente a 2016, el déficit público se redujo en 1,22 puntos porcentuales gracias al sólido crecimiento económico y el aumento de los ingresos tributarios.

"Ha sido un año muy bueno", dijo el ministro en la presentación de los datos."Hemos demostrado que la reducción del deficit y la política presupuestaria es la llave maestra para el crecimiento y la creación de empleo en nuestro país", añade Montoro.

El déficit de la Administración central ascendió al 1,9 por ciento del PIB, el de las Comunidades Autónomas se situó en el 0,32 por ciento del PIB y el saldo negativo de la Seguridad Social fue del 1,48 por ciento del PIB, mientras que los ayuntamientos arrojaron un superávit del 0,59 por ciento del PIB.