Liderazgo responsable y receptivo. Ése es el tema con el que arranca este año el Foro de Davos. Dos aspectos que debe reunir todo buen líder para abordar los desafíos colectivos y restaurar la confianza de las personas en las instituciones y ciudadanos.

Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, resume las características que debe reunir un líder ejemplar:
Como líder, tienes que ser responsable, tienes que escuchar. Tienes que escuchar a la gente que ha confiado en ti para ese liderazgo. Pero escuchar no es suficiente. También tienes que actuar, tienes que ser responsable. Tienes que ser lo suficientemente audaz para tomar decisiones y a veces necesitas tomar decisiones valientes.

Para Davos, los líderes del 2017 deberán seguir una hoja de ruta marcada por cuatro desafíos clave: revitalizar el crecimiento económico, reformar el capitalismo, prepararse para la Cuarta Revolución Industrial y fortalecer la colaboración mundial. Precisamente este último aspecto es, para Klaus Schwab, el pilar más importante:
Vivimos en un mundo diferente. El mundo ahora es multipolar, geopolíticamente, geoeconómicamente. Tenemos que adaptarnos a este nuevo contexto pero a la vez reforzar nuestros lazos globales. Por supuesto, tenemos que asegurarnos de que nuestros mercados se vuelven más equitativos, pero también tienen que permanecer abiertos. Porque somos una comunidad global interconectada, interdependiente, y si no abordamos los asuntos que tenemos en común, fracasaremos como comunidad global.

De este modo, Davos pide reforzar los lazos globales precisamente en un momento en el que los líderes mundiales tienen dos grandes preocupaciones: las armas de destrucción masiva y el ascenso al poder de un número creciente de políticos más centrados en asuntos internos que en los últimos años. Un ascenso que tiene como respuesta la insatisfacción de los ciudadanos. Matthew Spencer, director de campañas y políticas de Oxfam:
Creo que existe una fuerte evidencia de que las rupturas en nuestro sistema político tiene en  parte que ver con la creciente desigualdad. La gente se siente menos implicada en el éxito de su nación y de su sociedad y cada vez están menos satisfechos con el statu quo.

Por todo ello, el motor de la cumbre será la concienciación de una globalización necesaria, en clara señal a la lucha personal de Trump o al Brexit.

Precisamente, el ascenso de Donald Trump y el voto del Brexit han sido dos de las previsiones fallidas del Foro de Davos del año pasado. Y es que, a pesar de las buenas intenciones de la cumbre, los expertos no siempre aciertan en sus resoluciones. Si repasamos algunos de esos pronósticos que nunca se cumplieron, también deberíamos incluir las preocupaciones sobre la economía china. La mayoría de los miembros de la cumbre preveían una desaceleración catastrófica en el gigante asiático, aunque alguno de ellos predijo con razón que el tropiezo no duraría demasiado.

Ahora las miradas están en las turbulencias que ha dejado 2016 y su impacto en 2017. ¿Qué necesita el líder de hoy en día para afrontar estos retos? Ésa es la cuestión que quiere resolver Davos.